II

Una de las piezas fundamentales y especialmente sofisticada de los mecanismos de estabilización, implícita y subyacente en la amplia variedad de detenciones, es el ELEMENTO DE GUARDA, dispositivo de protección y autocontrol, barra de seguridad que bloquea los movimientos de la cabeza y limita el campo de exploración interior y exterior. Como estado personal retroactivo que modela una identidad en el tiempo, minada por oposiciones y comparaciones con estados personales propios y ajenos, UNIFICA, a través de breves sacudidas, incidentes desagradables, crisis nerviosas, un cúmulo de percepciones, recuerdos, sentimientos y palabras. La unidad personal, cada elemento de guarda, corriente arriba o corriente abajo, de lo general a lo particular y de lo próximo a lo lejano, tiene la peculiaridad de extraer y detener el propio flujo de la cabeza en la que está inserto. A modo de implante de autoextracción, se caracteriza por ser el movimiento que se detiene a sí mismo, ES el desplazamiento capturado y estabilizado en sí y para sí, una imagen congelada, que avanza cuadro a cuadro. Guarda espacial y temporal, remodelación continua del pasado y el presente, rumia de la identidad, el flujo guardián personalizante, en un bucle de retroalimentación existencial, movimiento detenido que detiene movimientos al infinito, cierra cada vez más el círculo de la conciencia, focaliza la atención, reduce la inconsciencia alucinatoria, embriagadora, las pequeñas percepciones cercanas a la nada, impide el placer inherente al fluir de las cosas, hasta ofrecer un autorretrato complaciente, aunque sea doloroso, y sustituye todo carácter angélico, la gracia, el encanto, la inocencia, por un estado de estados que se guarda a sí mismo y guarda el orden vigente en cada una de sus detenciones físicas y psíquicas.

I

El cuidado, la diligencia en el trato de las almas y los cuerpos, la vigilancia exquisita, el seguimiento continuado, requiere una atención especial a los movimientos, la puesta en práctica de una estasis dinámica, una EXTRACCIÓN de flujo, segmento móvil como cogido con pinzas, lombriz agitándose, que, antes de que pueda liberarse, recupere su movilidad, la libertad de acción, se emplea para la DETENCIÓN de otro flujo, doble movimiento de estabilización del agente y el objeto, ya sea mediante CHOQUE, carga policial contra el núcleo de la manifestación, irrupción en el domicilio a altas horas de la madrugada, cuando el sueño es más profundo; BLOQUEO, servicios de atención personalizada y contención emocional; DEMORA, derivaciones innecesarias y largas colas que se soportan con resignación, o PASMO, parálisis frente al horror desencadenado, círculo sangriento de los cuerpos despedazados, o frente a la imagen perfecta, espectáculo terminal del sueño anulado, pozo negro de los deseos lleno de monedas. La efigie del monarca grabada en el metal, como retrato del poder, ofrece al ser lanzada al aire hacia atrás, ciegos  a su origen, destino y naturaleza, dos caras complementarias, antes de caer en el agua, ocultarse a las miradas para siempre: un rostro descompuesto, con la cara hecha jirones de carne, y una faz gloriosa, radiante, retocada hasta la perfección, girando sin cesar mientras emite destellos.